AntropObsceno
Este proyecto nace de los exceSOS que cometemos como especie ante la naturaleza. Del abuso incondicional de los horizontes con nuestra presencia, casi por decreto, arrinconando al resto de especies al papel de «decorado» o «utilidad». Enmarcando sus vidas, y las nuestras propias, en una mezcla abrupta y desorientada de hormigón y asfalto, en el que lo vivo, lo autónomo, lo verde, lo frondoso, la sombra… no tienen cabida ni sentido aparente.
Hemos condenado a los demás seres vivos a sobrevivir en la era del metaurbanismo, de parchear en ridículos espacios sus fronteras, de acortar, acotar o cercenar sus instintos a un perímetro invisible que no comprenden ni pueden muchas veces «respetar». A dominar sus mundos, sus medios, sus ecosistemas. A someterlos. A doblegarlos. A imponer por la fuerza de la presencia multiplicada de una especie que desborda por millones y que consume infinitamente más de lo que precisa, descompensando una balanza de irrecuperable equilibrio… Como un alegato, este proyecto, cuyo nombre deriva del impecable trabajo de mi buen amigo Miguel José Ávalos, explora los límites de nuestra obsesiva presencia. La convivencia armada de artificio y tránsito. El creernos «el culmen» de alguna creación aleatoria que LUCA o LUCY, seres madre intermedios, saben que no nos concibió.
Por que no quiero vivir la guerra del agua. Porque el mundo va a tardar mucho en repararse cuando ya nos hayamos marchado, porque lo haremos… nosotros nos encargaremos. Aquí una muestra de todo lo que estamos consiguiendo.