Feroz

Feroz

Feroz ha muerto. Era un lince ibérico. Un gran macho. Tenía 14 años.

Feroz… uno de los grandes linces de la zona de Sierra Morena que salpica las inmediaciones de Andújar entre coscojas y puestas de sol infinitas. Enclaves de una biodiversidad salpicada de sorpresas, de conjuros a las lunas llenas de enero, de veranos que hace desistir a las sombras, de ríos que se resisten a ser domados… de bosques aclarados, de belleza infinita.

El gran gato clavo parece que puede respirar con un poco más de tranquilidad en las últimas décadas debido a los ingentes esfuerzos que se está haciendo por salvar la especie. Sus números aumentan notablemente, su distribución mira hacia el norte y se intercambian especímenes entre el otro gran núcleo poblacional para mejorar la mezcla de sangre (eso que se nos da tan mal a los humanos…) Doñana. El otro gran bastión del fantasma del chaparral.

Por las sierras jienenses, Feroz era un macho imponente, era conocido por ese descaro y desparpajo que dan los años, pues son cientos si no miles, las personas que se han cruzado con él a pocos metros, y se han sentido «ignorados» por el lince que caminaba sin miedo entre trípodes de cámara y mochila. Cruzaba el puente de su vasto territorio, cerca del agua.

Pero ahora Feroz no está. Hace poco más de un mes un pescador lo encontró en un estado lamentable, andaba cojeando de forma alarmante. Vientre hundido, el peso que otrora le confería una presencia abrumadora, hundía los pliegues entre sus costillas… Feroz había dejado de comer.

El mismo día de ese avistamiento, personal del proyecto Life+IBERLINCE se apresuró a rescatarlo, pero llegaron tarde. Se encontraron un gato escuálido, lleno de infecciones, con la mandíbula y las patas destrozadas… Feroz se moría. Apenas aguantó unas horas… y el gran lince del Jándula, rey durante más de una década, se desvaneció.

Mi amigo Tirso (de Iberian Lynx Land) reflexionó conmigo sobre qué pudo causarle este deterioro fatal al lince: una pelea con un macho mucho más joven, quizá un accidente (que fuera parcialmente atropellado)… muchas podrían ser las teorías, pero la navaja de Ockham señala un enfrentamiento intraespecífico como la más plausible… así es la naturaleza, supongo.

No podré olvidar a ese gran gato que una gélida mañana de enero me esperó… porque me esperó.

Ese día, César Gil (@cesargilwidlife) y yo nos dirigíamos al punto donde el animal solía cruzar con la intención de verle, apenas despuntaba el día y la bruma cubría el río dándole un aspecto fantástico… yo, aficionada también a la fotografía de paisaje, y pensando que sería casi imposible encontrarnos al felino, dejé a César en el sitio y decidí retroceder unos metros para hacer una foto de esa bruma ascendiendo del agua entonces mansa del río… cuando el teléfono sonó. «Vente, el gato está aquí». Una raya de cobertura…

Di la vuelta con cierta prisa, pero sabiendo que me movía en entorno sensible y que quizá para cuando llegara, a los pocos minutos ya se habría perdido en la maraña, así que al llegar me tomé con cierta calma aproximarme al escaso grupo de personas que se había congregado junto al puente donde cruza el lince.

Al llegar me señalaron unas piedras y ahí estaba, adormilado, enorme y majestuoso este gran macho. Si bien, apenas me dejó sacar la cámara de la mochila, comenzó a desperezarse y se puso en marcha con la intención de cruzar… no me parecía real, la luz era aún tenue y yo no sabía si me saldrían las fotos que creía estar tomando… y se acercaba cada vez más y mas, con parsimonia, sabiéndose dueño y señor de aquellas tierras.

Hasta que estuvimos frente a frente. Quizá a 5-6 metros de distancia. Nos observó, no pareció importarles nuestra presencia, aunque finalmente Feroz decidió cruzar por otro lado ya que los aspavientos de otro hombre lo hicieron recelar, el gran macho nos regaló un efímero encuentro muy muy cercano. Bajé la cámara para mirarlo, y nos vimos. Instantes después, cruzó ágilmente entre las piedras más abajo, dio un gran salto, y se desdibujó para siempre. No volví a verle… pero siempre será mi primer gran lince salvaje. El lince que me esperó…

STTL Feroz.

3 comentarios

  1. Eduardo PLATA R

    Annais & Cesar. Buen equipo contenidos & cámaras . Felicitaciones a Uds y tristeza por muerte de un gran “jigante” felino el Lince que en sus etapas jóvenes su rapidez y miradas, muy ágil depredador. Gracias. Éxitos en esta importante labor de alfabetización ecológica, que históricamente la Humanidad ha sido Analfabeta para actuar en la expresión de Vida : Natusavia (Reino Vegetal) & Natuanimal && Humasabia & Financiamiento Biodiversidad ( Acuerdo Mundial “Actuar YA”, Canadá 🍁 dic 20 de 2022) que hoy Lunes 18 septiembre, 2023 la ONU se reúne en NY, para avances de los 17 OSD). Muchos Éxitos.

    1. Muchísimas gracias por tus palabras Eduardo. Ambos hemos lamentado profundamente las circunstancias de la muerte de Feroz… como amantes de los animales, empatizamos bastante con ellos y nos hubiera gustado otro desenlace, pero no pudo ser… Esperemos que nuestras vivencias sirvan un poquito para esa labor tan importante que comentas que es la alfabetización ecológica, más necesaria que nunca, y en la que estamos trabajando sin descanso todo lo que podemos, procurando hacer del mundo un lugar más plural para todas las especies vivas que lo conforman, y sus ecosistemas. Gracias 🙂

  2. Pingback: El gato clavo - Annaïs Pascual

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