Hoy 10 de junio estreno marca nueva, o nueva imagen. La historia es que tras muuuuchos años utilizando una referencia al rectángulo áureo, por aquello de ser el sanctasanctórum teórico de la fotografía y de la distribución áurea de todos los seres vivos, he decidido conceptualizarlo en el exponente vivo más impresionante que conozco, que es el nautilus, por el que siento especial devoción, ya que conservo algunos ejemplares en mi biblioteca personal, y bueno, para qué mentir, deseo con fervor ver algún día en el mar, aunque eso ya me parece un Lifer de categoría semi-imposible… pero todo se andará.
La otra mitad corresponde al ave que me ha robado el sueño durante meses, quizá mi pájaro favorito, por su simpatía, su interactividad, su «forma de ser», y es que el frailecillo es una de las aves más carismáticas del mundo… me rendí a su belleza y su elegancia cuando los conocí en Irlanda y me robaron el corazón. Tanto, que la balanza de ¿qué prefieres, aves o mamíferos? se decantó sensiblemente hacia el lado plumífero… pero es que cómo resistirse a semejante colorido y gracia…
La historia es que combinando ambos conceptos, que significan cosas muy profundas para mi, encuadrándolos en la esfera que simboliza la perfección y a la vez el planeta Tierra, usando colores que también tienen una gran trascendencia para mi, he decidido vincular esta imagen a mi «marca personal» para que me acompañe durante muchos muchos años.
Espero que os guste tanto como a mi. Es parte de un proceso mayor, que ya os contaré en otra ocasión, y que espero suponga un antes y un después, pero mientras…
Larga vida al Puffintilus! 😀
